El oso Yogi, Caperucita Roja, Daniel el Travieso y otros muchos personajes populares tomaron ayer las calles gracias a los niños de Avilés, que no dudaron en enfundarse en los trajes de sus personajes favoritos para animar el Antroxín, su fiesta. Al mediodía ya estaban en El Parche correteando entre un buen puñado de adultos con ojeras que seguía a duras penas el compás de «Susanita tiene un ratón, un ratón chiquitín». La música la pusieron la fanfarria «Los Gavilanes», «Pa Entamala» y la charanga «El Felechu», que recorrieron las principales calles de Avilés para disgusto de los últimos en irse a la cama. Y es que la noche fue larga, muy larga... y multitudinaria.
Los más pequeños, ajenos a la «folixa» nocturna, disfrutaron de su día a lo grande. Y se vistieron como quisieron, con mucha imaginación: brujas, animadoras, Spiderman, payasos, princesas, egipcios, osos, conejos, mariquitas y ratitas presumidas... pusieron el punto de color a la jornada. La fiesta continuó ya por la tarde. A eso de las cinco dio comienzo la XXVIII Edición de la gimkhana automovilística que cada año organiza el Ayuntamiento en colaboración con Escudería Avilesina. En esta ocasión participaron diez vehículos decorados. Y había de todo un poco: desde turismos con estética setentera hasta un coche «anticrisis» que se desplazaba veloz con las sirenas de emergencia. El dinero es el dinero.
A su vez, la decimosegunda edición de la «Olim-piara» contó con la participación de nueve equipos formados por entre ocho y diez personas que se afanaron en superar toda serie de pruebas para hacerse con la victoria antroxera. La «Olim-piara» congregó, además, a numeroso público de todas las edades que siguió las actuaciones y las pruebas de los más jóvenes sin perder ni un detalle.
La programación festiva continuó en locales de las asociaciones de vecinos. Los socios de «El Hórreo», en El Carbayedo, celebraron el ya tradicional concurso de disfraces y se entregaron premios en metálico al mejor grupo, a la mejor pareja, al mejor disfraz y al disfraz más original. Los vecinos de «La Atalaya», de San Cristóbal, animaron a los asistentes con baile de antroxos y chocolatada, para reponer fuerzas, y la Asociación «Marcos del Torniello» organizó también un concurso de disfraces. La Cofradía de San Pedro celebró a su vez la fiesta infantil de Antroxu en los caños de Rivero y Avilés bulló.
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