Los comerciantes inician la semana de Carnaval con rebajas en menús y distintos productos en 23 locales
Los bucaneros, corsarios y piratas atracaron ayer en Luanco. Parece, por ahora, que lo han hecho con buenas intenciones: en lugar de saquear tienen previsto rebajar los precios en los comercios, bares y restaurantes. Más de uno querrá que se queden para siempre. Los piratas confían en encontrar en la capital gozoniega el tesoro que les haga salir de la crisis económica. Los bucaneros no son otros que los integrantes de la asociación de comerciantes de Gozón (Geyca), que han querido darle un impulso al carnaval de verano. ¿La primera medida? «Disfrazar» los precios. ¿Cómo? Rebajándolos.
Este es el caso del restaurante La Naviera, uno de los adheridos a la campaña y donde se puede degustar un «menú pirata» por diez euros. Los platos están confeccionados a base de pescado. Ayer, merluza y bacalao. Según el gerente del local, Nacho Fernández, el restaurante estuvo «a tope». «También ofrecemos bebida pirata, por aquello del "ron, ron, la botella de ron"», manifiesta, entre risas, el hostelero. El menú, durante el fin de semana, costará 15 euros en vez de los 18 habituales otros sábados y domingos.
Las tiendas de ropa también han rebajado sus precios al igual que las ópticas o las pastelerías, así hasta veintitrés comercios participantes. En la pastelería Manzano, de la calle Ortega y Gasset, un «pirata» que responde al nombre de José Miguel González Feito, también concejal de Juventud y Deportes, mostraba unas marañuelas a la espera de preparar algún que otro «postre bucanero».
La iniciativa no deja indiferentes a los vecinos y visitantes que estos días pasan sus vacaciones en Luanco. Este es el caso de Ruth Soler y su amiga Marta Roselló que calificaron la propuesta de «divertida y original para impulsar el comercio y la hostelería». Ambas, naturales de Hospitalet de Llobregat (Barcelona), han sido conquistadas por los ambientes carnavalescos de Luanco y piensan volver el próximo sábado a Luanco para disfrazarse. «Tenemos unos días para pensar el disfraz», comentaba Soler a Roselló, que le replicó: «A algunos tan sólo le hará falta un parche».
Y con buen humor, los comerciantes encaran con ilusión esta fiesta tradicional de invierno -el Carnaval- para revitalizar las ventas en sus negocios. Los piratas, tan relacionados con el mundo del mar como la villa de Luanco, han sido el motivo escogido para este Carnaval. Los comerciantes desean, en su primer día de campaña, que se recupere la fiesta del antroxu en Luanco. «En los últimos tres años el Carnaval de verano cogió mucho impulso en la noche del sábado, ahora tenemos que mantenerlo y superarnos», indicó el hostelero Nacho Fernández, que espera, como el resto, encontrar ese tesoro tan ansiado que no es otro que mantener vivo el ambiente en la villa marinera y que, por consiguiente, los comercios se repongan del fantasma de la crisis económica. Y todo con piratas, bucaneros y corsarios.
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