La comarca avilesina suma cada vez más atractivos turísticos, pero ha descuidado a los clásicos. Esas zonas que desde siempre sirvieron para identificar los concejos y sus costas. Hasta hace unos años, decir Avilés y su comarca era evocar a las playas de Salinas y Xagó, dos de los enclaves más visitados de Asturias en verano. En el caso del arenal gozoniego, la imagen que presenta en el mes de junio es más bien la de un lugar inhóspito y abandonado que no conoce presencia humana desde hace meses.
En unos días esta playa se llenará de gente ávida de emociones al aire libre, de relax y sobre todo de tranquilidad. Tendrán que hacer un esfuerzo, porque los accesos a la zona de baños son la primera trampa. La maleza levanta en algunos tramos por encima de un adulto y las pasarelas de madera están rotas y desencajadas. Este periódico ya ha recibido varias denuncias de caídas a causa del nulo mantenimiento de las pasarelas que permiten atravesar las dunas para llegar a la playa.
Un adulto lo pasa mal y su integridad física puede llegar a correr peligro. Un niño también lo pasa mal, pero sufre más por dentro que por fuera. El verano para los pequeños es la época de la diversión e ir a la playa es sinónimo de jugar sin descanso. En Xagó no pueden hacerlo, salvo que recurran al tradicional caldero y paleta para hacer castillos en la arena. Porque el parque infantil de la playa está inutilizado. Los caballitos de madera yacen tumbados en el suelo, descabalgados de los muelles que los hacen atractivos para los niños. Las partes metálicas se han convertido en peligrosos hierros oxidados y subirse al único columpio que queda en pie no es nada recomendable.
Desposeídos sus hijos de los juegos de siempre, los padres tampoco pueden estar tranquilos sobre la toalla. El entorno es un pequeño laberinto que esconde algunos peligros a cada paso de un niño. Por ejemplo, las estructuras de madera y un aro habilitadas como papeleras están deshechas. No cumplen su función de depósito de basura y 'lucen' con varios tornillos oxidados que amenazan como objetos punzantes a quienes no se aperciban de su presencia. Además, otros 'servicios', como antiguas fuentes de agua, no sólo están inutilizados, sino que presentan en sus alrededores grandes agujeros en el suelo.
El verano ya está aquí, pero a la playa de Xagó parece no haber llegado todavía.
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