La villa de Luanco ha cambiado mucho a lo largo de los siglos, pero su identidad portuaria ha marcado notablemente su historia: la pesca y el comercio han movido la economía local desde sus orígenes, que datan de 1255, en pleno siglo XIII. Por aquel entonces, la villa marinera tan sólo contaba con un pequeño muelle y cabañas para guardar material de pesca. Nada más. Siglos después el puerto luanquín seguía marcando los tiempos de Luanco marcada, que siempre ha mirado al mar. La capital de Gozón era un pequeño pueblo de pescadores que, con el correr de los años, se ha convertido en un referente turístico regional e, incluso, nacional. Sobre estos y otros asuntos habló ayer el historiador Manuel del Campo en el Museo Marítimo. La charla de Del Campo estaba incluida en el congreso internacional «Gentes del mar».
La actividad pesquera de la villa ha sido primordial a lo largo de su vida y el puerto luanquín ha dado respuesta a estas necesidades, sobre todo, a mediados del siglo XVIII como puerto comercial para el tráfico de hierro, entre otros productos. La charla del historiador fue una de las tres que tuvieron al concejo como protagonista en el congreso que finalizó ayer. La primera ponencia eminentemente gozoniega fue la presentación de los resultados de la investigación arqueológica realizada por Juana Bellón en 1977 e impartida por el arqueólogo local Nicolás Alonso. La segunda fue la impartida por el profesor titular de Paleografía de la Universidad de Oviedo, Miguel Calleja, que habló sobre la pesca en Luanco a mediados del siglo XIII.
Manuel del Campo habló en su conferencia sobre dos hipótesis para explicar el lugar de procedencia del hierro que se comerciaba en el puerto de Luanco. Según las primeras teorías, el mineral se pudo extraer de la explotación de Llumeres, en la parroquia de Bañugues, pero esta mina comenzó a funcionar un siglo después, en el XIX. Parece que las más acertada fue la que reseñó el ilustrado gijonés Garpar Melchor de Jovellanos que explicó que el hierro no era asturiano sino vasco y que provenía de Somorrostro, una de las poblaciones vizcaínas más próximas a Cantabria. «Las compras que se hacen de ese mineral ratifican el origen vasco del hierro que se hallaba en Luanco en el siglo XVIII al igual que se hacía en el resto de puertos que se dedicaban al comercio de este mineral en el mar Cantábrico», destacó ayer el historiador de la Universidad de Oviedo.
Otro dato a tener en cuenta es la relación mercantil de Luanco con las tierras gallegas, sobremanera, el transporte del mineral de hierro, según explicó Manuel del Campo. De ahí, la histórica vinculación entre las regiones del denominado Arco Atlántico, que es precisamente uno de los motores del simposio internacional sobre historia y arqueología.
En la Edad Moderna, en pleno siglo XVIII, la parroquia de Luanco comenzó a crecer y se comenzaron a construir buena parte de las edificaciones que aún hoy resisten al paso del tiempo. Prueba de ello fue la construcción de la iglesia de Santa María de Luanco que sustituyó al antiguo templo, de menores dimensiones, según afirmó el historiador de la Universidad de Oviedo.
En el siglo de las Luces, la industria conservera en Gozón también tenía su importancia para el desarrollo industrial de la capital del concejo. «Según los datos del catastro de la época, había en Luanco once fábricas dedicadas al escabeche a mediados del siglo XVIII», apuntó Manuel del Campo. Lo mismo ocurrió con las carpinterías de ribera que casi han desaparecido y de las que tan sólo queda una fábrica de barcos de madera, que se encuentra situada en Los Laureles.
La industria conservera se mantuvo hasta finales de los años setenta. El puerto, pese ese bajón de las industrias relacionadas con el mar, seguía marcando el ritmo de una villa que ha vivido siempre alrededor del muelle. Ahora, Luanco admira con expectación las obras de un nuevo puerto en El Gayo. El muelle es una actuación muy demandada por los pescadores profesionales de Luanco, por los propietarios de las embarcaciones deportivas y por el propio Ayuntamiento.
Luanco comenzó a crecer a mediados del siglo XVIII, cuando que se construyó la iglesia actual
El mineral de hierro que se comercializaba en el muelle provenía de Vizcaya e iba a parar a Galicia
En la Edad Moderna, la villa contaba con once industrias dedicadas al escabeche
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