La actriz pide que no se consuman productos de empresas que emplean mano de obra esclava - «El sufrimiento de las víctimas es indescriptible, no hay nada peor», dice la colaboradora de la ONU
«Asegurémonos de llegar a la acción en la lucha contra la explotación de personas, las palabras solas se quedan en el aire. Si hablamos y no lo plasmamos en acciones, eso es fracaso». Con esta contundencia rubricó ayer la actriz estadounidense Mira Sorvino su intervención en la Cumbre Iberoamericana de la Creatividad, que se celebró ayer en el Centro Niemeyer. El debate en el que ella intervino, titulado «Lucha contra el crimen y las drogas y sus efectos» fue el que cerró una jornada protagonizada por expertos de la ONU y creadores vinculados al mundo del cine y la televisión especialmente implicados en la defensa de los derechos humanos.
Sorvino, que colabora con las Naciones Unidas en el trabajo contra la explotación de personas, apeló a la unión de los ciudadanos para así tener poder para evitar la trata de seres humanos. «Todos estamos eligiendo cuando compramos productos. Y muchas fábricas tienen mano de obra esclava implicada de una u otra forma; si los consumidores decidimos comprar productos libres de ese esclavismo, a empresas que contratan trabajadores de forma legal, ya estaremos actuando», explicó.
Como actriz, Sorvino destacó que los productos cinematográficos pueden influir de forma muy positiva. «En 2005 rodamos una serie de televisión en EE UU sobre la trata de personas y utilizamos el argumento a modo de lobby para presionar contra este delito, intentamos que todo el mundo se sensibilizara», afirmó. Ella espera que ocurra otro tanto con su próxima película, aún sin estrenar, que aborda la explotación sexual de niños. «La ONU tiene muchísimas historias que estaremos encantados de compartir con los espectadores», añadió.
Mira Sorvino, a la pregunta de cómo surgió su vinculación con las víctimas, resumió: «Soy mujer, y tengo hijos». Fue durante su primer embarazo, explicó, cuando comenzó a pensar sobre cómo estar en el lugar equivocado en el momento equivocado puede arruinar una vida. Que ella, o sus hijos, podrían haber estado ahí. Y una vez que entró en contacto con las víctimas, el sufrimiento que encontró en sus ojos y que ella compara con la misma muerte le marcó para siempre. «Es indescriptible, no hay nada peor», reiteró la actriz embajadora de la campaña del Corazón Azul que promueve la empatía hacia las víctimas de la trata de personas. Las cifras hablan por sí solas. Según indicó, el año pasado se reconocieron unas 50.000 víctimas de la trata de personas, pero se estima que el número real es de 28 millones. En cambio sólo se condenaron a 4.000 culpables. «Un porcentaje muy pequeñito en relación con el crimen que se comete», reprochó.
viernes, 22 de julio de 2011
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